jueves, 5 de junio de 2014

Última reunión oficial del club

Es junio, casi final de curso y época de muchos exámenes. Los miembros del club nos hemos querido reunir una última vez para hablar de Las ventajas de ser un marginado, que nos ha gustado mucho a todos.

Recapitulando, no nos ponemos totalmente de acuerdo sobre si Charlie ha madurado al final de la novela o no.

Por un lado, sí que creemos que ha pasado por un proceso de maduración y curación: se ha integrado en un grupo de amigos (nos parece importante, durante la primera fiesta a la que Charlie asiste, el momento en el que Bob y el resto de chicos que están allí brindan por él, porque le hacen sentirse "visible", sentirse importante), se ha enamorado, ha tenido sus primeros encuentros con el sexo y las drogas y, aunque sufre una crisis, al final de la novela parece que soluciona sus problemas psiquiátricos porque llega a entender cuál es su raíz.

En ese sentido, es importante uno de los últimos fragmentos de la obra:

"Siento que, si culpara a mi tía Helen, tendría que culpar a su padre por pegarle y al amigo de la familia que le hacía cosas cuando era pequeña. Y la persona que le hacía cosas a él. Y a Dios por no parar todo esto y cosas que son mucho peores. Y lo hice durante un tiempo, pero después ya no pude más. Porque no iba a ninguna parte. Porque no se trataba de eso [...] Así que supongo que somos quienes somos por un montón de razones. Y quizá nunca conozcamos la mayoría de ellas. Pero, aunque no tengamos el poder de elegir de dónde venimos, todavía podemos elegir adónde vamos desde ahí. Todavía podemos hacer cosas y podemos sentirnos bien con ellas". (pp. 254-255)

Sin embargo, como puntualiza Xoán, a Charlie todavía le queda un largo camino que recorrer (y el resto del grupo ha reconocido que ese camino también nos queda a nosotros, con sinceridad).

En cuanto al final abierto, nos ha dividido. A algunos, como a Raúl y a Fe, les gusta la declaración de intenciones de Charlie y su optimismo:

"Mañana empiezo mi segundo año de instituto. Y lo creas o no, no tengo ningún miedo de ir. No sé si tendré tiempo para escribir más cartas, porque podría estar demasiado ocupado intentando implicarme" (p. 257)

Por el contrario, otros como Alberto, Iria, Jessica y Xoán hubieran preferido un final cerrado, sin incógnitas sobre el futuro de Charlie.

Finalmente, una puntualización de Raúl sobre el mensaje implícito de esta novela: en su opinión, una enseñanza que debemos sacar de ella es que no hay que preocuparse demasiado (lo que hace Charlie), las cosas siguen su camino y debemos dejarnos ir.


¡Todavía nos queda por ver la película, tras acabar de leer el libro! Si podemos, buscaremos un hueco en estos últimos días del curso y lo haremos.